martes, 26 de abril de 2011

Prólogo de una historia de película

En verano, uno no quiere una pareja (mentira, siempre la quiere).
En verano uno quiere joda, sol, playa, más joda.


Mis veranos siempre fueron bastantes monótonos, divertidos pero monótonos. Siempre a veranear con la familia (y si, siendo menos no queda otra, no?). Me acuerdo que en unas vacaciones de turismo, nos fuimos a Rocha, a un lugar totalmente desolado. La atración del lugar, eran dos cybers: uno al lado del otro (no es broma) y a veinte cuadras de donde yo estaba con mi familia. Aún así, iba un rato todos los días, porque era lo único que se podía hacer (aparte de ir a la desolada playa).

Por esa época empecé a hablar con un pibe, unos años mayor a mi, con el que había estado en una noche de alcohol en diciembre. Hablábamos de cosas totalmente triviales y sin importancia. Después descubrí que podía robarle internet a Movistar y me conectaba teniendo $1 de saldo ilimitadamente. Ahí fue cuando empezamos a hablar todas las noches durante horas. Llegué a ver el amanecer tirada en un sillón, escuchando música y chateando desde mi celular con él.


Llegamos el domingo de Pascuas de Rocha y después de comer en familia, me fui a encontrar con él. Llegó una hora después de lo acordado, pero las ganas de verlo superaban la calentura de su llegada tarde y el bombon que me regaló ese día, aplacó la espera. Y más o menos así, comenzó todo.

lunes, 11 de abril de 2011

El hombre ¿de mi vida?

Con casi 18 años, conocí al hombre con el cual pasé demasiadas cosas.


El 21 de Diciembre de 2007, es una fecha que no se me va a olvidar más.

viernes, 8 de abril de 2011

Dale Viejas Locas...

Cuando tenía 16 años, escuchaba mucho Intoxicados (ahora también). Se había puesto de moda un tema de Jóvenes Pordioseros y muchos andaban en la onda Rollinga. No existían los Floggers ni los Emos ni nada de eso. Estaban los eternos Darks y el resto del mundo. Pero con la aparición de éste tema, aparecieron los Rollingas que de manera muy careta empezaron a escuchar INtoxicados, Viejas Locas e incluso a los Rolling...

Había uno, un año menor a mi en el liceo, que andaba siempre con sus pañuelitos y su campera Adidas azul con las rayitas en blanco.

No, no me interesaba él. Me interesaba el amigo. Generalmente no me gustan los rubios, pero este rubio... Tenía un nosequé que lo hacía irresistible a mis ojos. Nos llevábamos muy bien, hablábamos, todo muy genial.


Cerca del liceo se armó flor de joda "solo para mayores". Después de hacer dos horas (reloj) de cola para poder sacar las entradas con un cagaso de la puta madre porque capaz que nos pedían cédula, pudimos entrar. Una locura de gente, no entraba un alma más. Fiesta fiesta, en un boliche que abre una o dos veces al año en la Ciudad.

En eso, ahí estaban, el rollinga y el rubio. El rolinga como siempre, con su campera azul Adidas con rayitas blancas y su pañuelo al cuello.. El rubio, divino, como siempre. No podía estar más hermoso. No podía estar más en pedo, como prácticamente todos.

¿Quién me encaro?

Si, el Rollinga...

Con el rubio quedó todo más que bien, seguimos hablando. Pero la conchuda que escribe, estuvo con el amigo...

jueves, 31 de marzo de 2011

El Farsante

Con 16 años recién cumplidos, me fui de vacaciones al Chuy con una compañera de clase y su familia.

Fue la manera de agradecerme que tuvieron porque había ayudado a preparar el exámen de dibujo de dicha compañera el cual salvó.

Ésta era la típica compañera que no dejaba títere con cabeza. De la que se comentaba que había hecho un pete en un pasillo con 15 años. ¡Qué locura en esa época! En mi generación, terminamos prácticamente todas vírgenes, menos dos o tres de las cuales había una que tenía novio hacía 3 años ya.

El Chuy, que lugar más embolante para vacacionar. No hay boliches, no hay joda, no hay nada. Sin embargo, había un cyber.
Teníamos que caminar demasiado para llegar al cyber, pero lo hacíamos porque era la única cosa entretenida que había por ahí.
En el camino siempre veíamos a dos pibes, muy bonitos ellos, que también nos miraban. Claramente eran mayores a nosotras pero era sólo un juego de miradas.

Hasta que un día, uno de los muchachos, nos alcanzó y se puso a hablar con nosotras hasta llegar al cyber en cuestión. Mostraba interés en mi y no en mi compañera cosa que a ella le molestó bastante al punto de entrar y dejarme sola con él en la puerta. Linda charla hasta que PUM, beso aquí beso allá y nos pasamos los celulares (en ese momento tenía mi primer celular: el glorioso Nokia 1100).

A los pocos días nos fuimos y ya en la ciudad, nos volvimos a encontrar. Al mes nos pusimos de novios y salimos durante casi dos meses. Él me pasaba a buscar en su auto por casa pero me mandaba un mensaje para que saliera. No quería conocer a mis padres ni a mis amigas. Hasta que le dije que de idiota no me tomara. Esa fue la última charla que tuvimos. Nos desaparecimos. No hubo una separación ni mucho menos, simplemente dejamos de hablar y de vernos.

Al mes, me mandó un mensaje que decía que quería hablar conmigo. Fuimos al parque y me dijo que había conocido a una mina, que con la edad que tenía blah blah blah. Creo que nunca supe su verdadera edad, creo que nunca supe nada certero de él. Resultó un farsante.

Por eso si me preguntan, fue sólo una historia más que muy pocos conocen.

No lo cuento como mi primer relación, porque nunca fue tal cosa.

martes, 22 de marzo de 2011

Primer ¿amor?

Hoy en día, con 14 años, las niñas están embarazadas.

A mis 14 años, yo me estaba dando mi primer beso.



Si señores, con unos 14 años y muy avanzados por cierto, yo recién estaba por besarme por primera vez (pero no última). 

Me acuerdo que nunca iba al liceo de tarde, pero ese día sí. Porque iba a estar él e iba a pasar el acontecimiento del año. Dentro de mi grupo de amigas de ese entonces, todas se habían dado su primer, segundo y décimo beso, menos yo: la boba lenta del grupo (hoy en día puedo afirmar que ellas resultaron las ligeritas).

Largas horas pasaron, toda mi generación sabía que ibamos a apretar un poco. Una de las de mi grupo, ayudó bastante. Nos sacó del calvario de "y?? para cuándo??" Es que en mi época, no era normal andar a los apretones y no se le decía te amo a todo el mundo como hoy en día. Salimos del liceo para ir... a la calle de atrás!! El patio daba a esa calle, pero como había un muro demasiado alto, nadie sabía donde estábamos. Horas y horas de la mano, abrazados para... cagarme. Si señores, me re cagué. Me dio un beso y yo no sé, lo saqué. Una lengua en mi boca?!? Que locura! Nos dimos dos besos más y cada uno a su casa. Al rato de llegar, me llamó. Hablamos como una hora por teléfono. Cuando corté con él, llamé a la que nos sacó para afuera. En eso llegó mi padre para cagarme a pedos porque estaba llamando a casa hacía dos horas y le daba ocupado.

Los días pasaron y habían miradas y propuestas varias de su parte las cuales evitaba e ignoraba. A los meses, claro está, dejó de darme bola. A los meses, me empezó a gustar locamente, pero no volvió a pasar nada. Nunca más ni una agarradita de manos, mucho menos de su lengua en mi boca!

El muchacho resultó que se enamoró perdidamente de mi. A mi me gustaba pero tampoco para casarme.

Así comenzó, mi amor de liceo.